" Tirar de la MANTA "

Según el Diccionario de la Real Academia Española, la expresión “tirar de la manta” es una locución verbal coloquial que significa “descubrir lo que había interés en mantener secreto”. Últimamente, no han sido pocos los que han amenazado con tirar de ella (políticos, tesoreros, ex deportistas, médicos…). Pero al margen de hechos actuales concretos, interesa saber el origen de dicha expresión.

Como se podrá constatar, la expresión está estrechamente ligada con la situación de los descendientes de judíos conversos. Tras el edicto de expulsión de los judíos de la península ibérica por parte de los reyes católicos en 1492, muchos de ellos emigraron al todavía independiente reino de Navarra, estableciéndose en Tudela y en los vecinos pueblos de la Ribera del Ebro. Sin embargo, la protección otorgada por los monarcas navarros solo duraría hasta 1498, debido a las presiones ejercidas por los reinos de Castilla y Aragón. Así pues, los ciudadanos judíos del reino de Navarra tuvieron que elegir entre la expatriación o su conversión a la fe cristiana. Muchos de ellos optaron por permanecer en su tierra, aunque ello supusiera mudar de religión, de tradiciones y costumbres e, incluso, cambiar de apellidos. Estos judío-conversos recibieron el sobrenombre de cristianos nuevos.

Pese al esfuerzo por integrarse realizado por los recién bautizados, los llamados “cristianos viejos” mantenían recelos y envidias hacia aquellos y demandaban “limpieza de sangre”, es decir, poder comprobar y discernir los linajes puros de aquellos otros que podían estar contaminados por sangre judía. La única forma que hallaron para poder distinguir las familias conversas de las de los “cristianos viejos” fue grabar los nombres de los judíos conversos en unos grandes lienzos (“mantas”) que colgaban en iglesias y catedrales de algunas ciudades, siendo “La Manta” de Tudela, la más famosa con casi doscientos “mantudos” inscritos en ella.

De esta manera las generaciones futuras podrían saber si sus antepasados provenían de judeo conversos o, por el contrario, mantenían pureza de sangre. Por aquella época no había peor amenaza o insulto que acusar a alguien de tener un antepasado “mantudo” y, precisamente, de esa acción amenazante proviene la expresión “Tirar de la Manta”.

La manta de Tudela fue colgada en 1610 en la capilla del Cristo del Perdón y permaneció hasta mediados del siglo XIX. Los nombres de los judeo conversos inscritos en ella provienen de un documento notarial de doce planas llamado “Padrón de los seiscientos y cincuenta ducados que se dan al servicio del señor Rey”.

VER PADRÓN DE LOS SEISCIENTOS Y CINCUENTA DUCADOS QUE SE DAN AL SERVICIO DEL SEÑOR REY>